jueves, 28 de febrero de 2013

Frío de cuchillo. Neopreno y transistor

   “Alerta naranja. Cota de nieve al nivel del mar. Heladas. Se aconseja a la ciudadanía no practicar actividades al aire libre ni usar el coche...” La voz del locutor resuena amenazante a través del transistor, haciendo que el parte meteorológico adquiera tintes de profecía bíblica. El inquietante pronóstico, sin embargo, no intimida a Dandochepazos, que sabedor de la tendencia al alarmismo de ciertos compañeros de profesión, no otorga demasiada credibilidad al periodista. “¡Venga ya! A otro con ésas”, piensa mientras observa la calle desde la ventana.

El transistor a pilas, fiel compañero en las
noches de imsomnio y las mañanas de resaca.
   Un fino manto blanco cubre las aceras, y el termómetro de la gasolinera de enfrente marca un grado bajo cero. “Cuanta tontería por cuatro copos de nada; cómo se nota que es fin de semana y que andan escasos de noticias”. Aburrido, apaga la radio y echa una nueva mirada a través del cristal de su habitación. “¡Qué leches! ­-se decide al fin­- Un poco de fresco no hace daño a nadie.”

   -Oye, en media hora salgo en bici hacia el Zaldiaran; voy a ver si se puede subir hasta la antena.-Son las once de la mañana, y la llamada me pilla sentado en el sofá, en plena lectura de Juego de Tronos. ­-¿Pero tú has visto la que está cayendo? ­-le advierto a través del inhalámbrico.

   -Que sí, que sí; no me calientes la cabeza, que ya he oído a los pesados de Radio Vitoria. ¿Así que no vienes, no? ­-Pues no ­-le respondo­- prefiero quedarme leyendo . ­-Ya me lo imaginaba; contigo no se puede contar para nada ­-me gruñe a través del altavoz antes de colgar.

   “Ahí se hielen él y su bicicleta”, me digo al tiempo que vuelvo a coger el libro de la mesilla. La historia es un no parar de intrigas, desmembramientos y copulaciones varias, así que no tardo demasiado en olvidarme de mi camarada y en sumergirme de nuevo en el universo de violencia y desenfreno de George R.R. Martin.

Los personajes de George R.R. Martin descuartizan que
da gusto a humanos y engendros. (imagen:4.bp.blogspot.com)
   A un par de manzanas de distancia, Dandochepazos se enfunda en el traje de faena. El proceso es de lo más laborioso, porque como la calidad de su equipación invernal deja mucho que desear, no le queda más remedio que ponerse capas y capas de ropa para tratar de aislarse del frío. No es de extrañar que la facha que presenta una vez ha terminado de vestirse sea como para preocupar.

   De cintura para arriba, sus dos camisetas, la chaqueta y el chaleco forman un voluminoso conjunto que presenta pliegues y dobleces por todas partes. Para colmo, como algunas prendas ya están un poco dadas de sí, se le forman bolsas de aire entre unas y otras capas de ropa, haciendo que su esmirriado torso adquiera las dimensiones de la barriga de Jan Ulrich tras una merendola de salchichas.

   Para empeorar las cosas, los leotardos que se ha puesto debajo del culote crean molestas arrugas en la zona de los tobillos, las rodillas y los muslos. Además, el viejo Castelli, con varios remiendos y antiestéticas pelotillas de tejido por toda la superficie, hace ya tiempo que dejó atrás sus días de gloria. De los pies y la cabeza mejor ni hablar, porque los cubrezapatillas del Decathlon son como los zapatones de un payaso y el pasamontañas Cannondale parece recién salido de la factoría textil de Al Qaeda.

   Vestido de esa guisa, sale de casa dispuesto a disfrutar de una agradable jornada de bicicleta. Las primeras rampas del Zaldiaran, una tachuela de tercera categoría situada a la afueras de Vitoria, hacen pronto su aparición. A pesar de las advertencias de la radio, la carretera está completamente limpia; aunque la nieve se acumula en las cunetas y sobre los árboles. Hace frío, pero el esfuerzo y la amalgama de prendas en las que se ha envuelto le ayudan a mantener el calor corporal sin demasiados problemas.

MISTERIOSO COMPLOT

   “Lo que yo decía; ni frío extremo ni nada. Esta gente es una irresponsable. ¿No ven que con sus exageraciones no hacen más que crear alarma social?” Fiel a su estilo, Dandochepazos empieza a desbarrar contra todo y contra todos mientras pedalea por la solitaria carretera de montaña. Periodistas, meteorólogos, Protección Civil... Para él, todos ellos forman parte de un siniestro complot para manipular la información meteorológica. ¿Con qué objetivo? Eso no lo sabe, pero seguro que no es para nada bueno. “ Menudo atajo de sinvergüenzas”, continúa despotricando en su avance hacia la cima.
¿Un terrorista? No, es Dandochepazos con su
pasamontañas Cannondale. (imagen:nuevadominion.com)

   Nada más coronar el puerto, mete el plato pequeño y se desvía a la derecha por un camino que lleva hasta unas antenas. Es una pista de cemento de apenas un kilómetro y medio, pero con un desnivel brutal que en algunos puntos ronda el 30 por ciento. Contra todo pronóstico, pues se trata de una carreterilla que llega a casi mil metros de altitud, el firme también se encuentra libre de nieve y hielo, de forma que logra subir y bajar sin desgraciarse en el intento.

   Pero tras empalmar de nuevo con la carretera principal, las cosas se complican en el descenso hacia Vitoria. El viento sopla helado del Norte y, como en los glaciales parajes de Juego de Tronos, “corta a cuchillo” en pleno rostro del cicloturista. Pese a los dos pares de guantes, las manos empiezan a perder la sensibilidad y, bajo el pasamontañas, su rapada cabeza le duele como consecuencia del aire helado.

"¡A LA MIERDA!"

   Al cruzarse con un furgoneta, el conductor levanta una mano del volante y empieza a mover su dedo índice en círculos a la altura de la sien, al tiempo que en su cara se dibuja un gesto de reprobación. Sin duda, se trata de un ciudadano de orden, alarmado ante la temeridad del imprudente deportista que parece tomarse a risa las recomendaciones de las autoridades. ­-¡Vete a la mierda! ­-le grita un Dandochepazos que, tieso de frío, está para pocas bromas.

   El cielo se oscurece y empieza a nevar con más fuerza. La temperatura sigue bajando. Protegidos bajo los toscos cubrezapatillas de neopreno, sus pies se mantienen calientes; pero el resto de su cuerpo presenta preocupantes síntomas de congelación. “A mí me va a dar algo”, piensa asustado. No lleva ni 30 kilómetros recorridos, pero para entonces ya ha renunciado a seguir su excursión y solo aspira a poder llegar a casa.

   Pálido y tembloroso, logra por fin alcanzar el portal. Con las manos agarrotadas y sus energías bajo mínimos, abrir la puerta y meter la bici en el ascensor no le resultan tarea fácil. Sin embargo, tras varias tentativas, consigue su propósito. Ya en su piso, empuja la BH hasta un rincón, dejando a su paso un reguero de agua sucia. La tiritona no remite y sigue sintiendo pinchazos en las manos y en la cabeza. Como puede, se desprende de sus heterogéneos ropajes y se apresura a meterse en la ducha para tratar de entrar en calor. “Joder, por poco me da un mal.”

La nieve y los desniveles del 30 por ciento no
son obstáculo para una BH de 750 euros.
   Sobre la repisa del lavabo, el transistor a pilas brama a toda potencia entre chasquidos e interferencias. Con las prisas, ha sintonizado mal el dial, y las frecuencias de dos emisoras se cruzan la una con la otra, en una insufrible alternancia de frases inconexas, zumbidos y fragmentos de una cancioncilla.

    De pronto, durante unos instantes, la voz del locutor se destaca entre el caos sonoro que forman el chorro de la ducha, los fallos en la señal y el distorsionado soniquete del receptor. “Se mantiene activada la alerta por nieve y bajas temperaturas. Se recomienda no salir a la carretera ni hacer actividades al aire libre por riesgo de hipotermia...” Con el susto aún en el cuerpo y el calor regresando poco a poco a sus extremidades, Dandochepazos no puede por menos que tragarse su soberbia y reconocer que se ha pasado de listo. “Pues va a ser que no estaban exagerando.”

10 comentarios:

David Aguilar dijo...

¡¡¡ Tengo un loro igual !!!

Yeyu Golobariano dijo...

Una y no más Dandochepazos. Que para el invierno se ha inventado la bici estática. Yo también pensaba que salir en bici, con la nieve en la cuneta y temperaturas de 4-5º me haría parecer un gran deportista, y que sería muy bonito.... Un cuento chino. La última vez la cosa no acabó bien: trancazo de 8 días. ¿Quién me mandaría? Y todo porque en un escorzo a la derecha mientras subía La Lora (Cantabria), en la primera rampa de 15%, hizo que la rueda delantera pillara nieve, patinara y acabamos tumbados en la nieve de la cuneta (soltar los pedales automáticas de forma inmediata cuando llevas los pies fríos es complicado). Los 40 km que me quedaban hasta casa, tiritando, se me hicieron eternos. Estoy esperando que llegue la primavera, son su solecillo y su buena temperatura. Llámame nenaza, puede ser, pero una y no más.
Saludos. Ciao.

Anónimo dijo...

Pues a mi la nieve en las cunetas me motiva mucho. Acabo de volver de subir Dima e Ipiñaburu, que si bien no son grandes colosos, presentaban hoy una preciosa estampa. Cabe decir que yo soy todo lo contrario a friolero y lo que más me ha comido la moral ha sido volver con la biciclea absolutamente llena de m*****.

Un Saludo

Ciclobilly

A.M.Y.P. dijo...

Saludos, señor Aguilar. Es todo un honor recibir el comentario de un reportero gráfico de su talla. Este transistor, ciertamente, es un magnífico aparato. Encaja los golpes como ninguno y con un par de pilas del chino tiene para tirar durante días y días. Cuídese.

A.M.Y.P. dijo...

Hola, Yeyu. Muchos hemos caído en ese error. La nieve, tan bonita desde la ventana o en el parque de casa, se torna traicionera en los puertos de montaña, como usted parece haber sufrido en propias carnes. Rodillo o bici estática, lo mismo da, son buenas alternativas para no echar barriga en los meses de invierno sin necesidad de sufrir congelaciones ni neumonías. Un saludo.

A.M.Y.P. dijo...

Sea usted bienvenido al blog, Ciclobilly. Envidia malsana dan sus correrías por Ipiñaburu, pues el que suscribe ha malgastado el día en labores tan improductivas como aburridas, encerrado en el infame cubículo que es su oficina. Paciencia con el barro, el desengrasante y el lubrificante.

CICLISMO NINJA II dijo...

Jajajajaaa... salir en bici o hacer actividad física con frio es complicado, por lo menos vosotros ahí en el norte estais mas acostumbrados porque aquí en la costa de Barcelona, frio-frio hace dos dias al año y cuando nievan 3 cms de nieve parace el apocalipsis,y en muchos casos lo es porq se va la luz y no sabemos conducir ni con nieve ni con agua... de estos días tan frios coincidió con la Maratón de las Vias Verdes de Girona, q la hice, pero salimos a 5 bajo cero y nuestro profe nos decía q era una temeridad pero como cesó el viento del norte y se levantó sol, a los 10 minutos corriendo y cara al mar, íbamos sudando... una suerte. Lo q si veo es q cuando he estado corriendo a pié y he coincidido con ciclistas van el triple de abrigados, la bici da mucho frio, correr he corrido incluso la lluvia, solo es cuestión de llegar y merete directo a la ducha. Una preguntita, la BH lleva triple? qué desarrollo usas para esos 30%. UN ABRAZO!!!!

A.M.Y.P. dijo...

Hola, Manolo. Es verdad; aquí no hay más remedio que pasar frío o quedarse cinco meses sin sacar la bici del trastero, que a veces ganas dan de hacerlo, la verdad. El 'rasca' se nota mucho más encima de la bicicleta, y en los descensos, ya ni te cuento. Yo nunca he probado a correr, creo que soy bastante zote para eso. Por cierto, llevo un triple plato, con un desarrollo máximo de 30x25. Con eso, a nada que estés un poco entrenado, se puede subir --casi-- cualquier cosa. Cuídate, Tusinu.

CICLISMO NINJA II dijo...

Tu eres vasco perdona, yo llevaba 30 x 26 en una Quebrantahuesos y el año 2008 me tuve q bajar en el Marieblanque... vale q hizo un dia espantoso de calor pero eso de q se puede subir cualquier cosa MACHOTE!!!!! O eres jóven y fornido o un campeón disfrazado de globero, tú a mi no me enganñas. (Es broma... yo ahora llevo un 34 x 28 y según qué veces subir el Ratpenat, una tachuela de Castelldefels con picos del 24% me cuesta mucho...)

A.M.Y.P. dijo...

Qué más quisiera yo que ser un 'killer' de la carretera, pero me da que no. Lo que pasa es que lo que más me gusta del mundillo este del cicloturismo es el tema de las subidas extremas, no demasiado largas pero duras. Al final, es acostumbrarse a sufrir y retorcerse, pero esos porcentajes --si no se prolongan durante demasiados metros-- se pueden superar. Eso si, a cinco kilómetros por hora, porque no me da 'pa´más'. En el resto de facetas cicloturistas --descensos y llano, por ejemplo-- soy un auténtico paquete. Eso del 34x28, teóricamente es casi lo mismo que un 30x25, aunque me da a mí que es algo más duro. De todas formas, nunca he probado ese desarrollo, sigo anclado en el triple. Un saludo