Una vez más, se le estaba yendo
la olla. Es verdad que, quien más quien menos, muchos habrán
fantaseado con ello alguna vez; pero él amenazaba con hacerlo de
verdad. “¡Esto se va a acabar! ¡Ya está bien de aluminio o de
carbono de baratillo; de componentes de gama media; de tanta
mediocridad!” Dandochepazos estaba decidido. Quería dar el gran
golpe: mangar la bicicleta a un corredor profesional en alguna salida
de etapa.
El reciente paso de la Vuelta a
España por Euskadi y el Mundial de Triathlon de larga distancia
celebrado el pasado verano en Vitoria habían despertado su codicia.
Aquellas máquinas perfectas, con cuadros ultraligeros, grupos
tope-gama y ruedas con perfiles espectaculares habían despertado su
lado oscuro
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Tales visiones nublan el buen sentido de Dandochepazos. (Foto Specialized) |
Yo sabía que aquellas delictivas
maquinaciones no pasaban de ser una fantochada más de Dandochepazos,
tan proclive a dejarse llevar por arrebatos que luego acababan en la
nada. Era, además, un poco cobarde y demasiado inconstante como para
enfrentarse a tamaña empresa. Dí, pues, carrete a sus ensoñaciones,
dejando que siguiera hablando mientras dábamos cuenta de las
reservas de 'Mahou Clásica' de su frigorífico.
¡Menudo cúmulo de despropósitos!
Ideas ridículas y estratagemas descabelladas salían de su mente una
tras otra, en un lamentable intento de articular un plan que le
permitiera hacerse con una 'S-Works Tarmac' o una 'Look 695'. Que si
su hermano era cinturón negro de judo y podía reducir a quien
custodiara el material; que si disfrazarse de inspector de la UCI
para poder llevarse una bici a una supuesta revisión; que si pasar
por ahí con su BH y dar el cambiazo...
La coherencia y el equilibrio
brillaban por su ausencia en la matraca con la que me estaba
regalando mi camarada. Además, la cosa empeoraba por momentos, por
obra y gracia de las latas de cerveza que, ya vacías, iban
amontonándose sobre la mesa de la sala.
Aquello estaba empezando a resultar
cargante y mi paciencia no daba más de sí. Además, para aquellas
alturas ninguno de nosotros iba bien del todo. Se avecinaba una
estúpida discusión de borrachos.
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Es un querer y no poder. (Foto Look) |
“Venga, deja ya de decir
chorradas; eso no te lo crees ni tú”, le espeté, aburrido ya de
sus
sandeces. Ofendido, me dijo que era un
mal amigo y que ya estaba harto de que le hiciera quedar como un
pirado al contar sus andanzas
en mi blog. “Es lo que hay”, le respondí, recordándole a
continuación que mis artículos se ceñían escrupulosamente a la
verdad y que no era mi culpa que él fuera un friqui.
La
discusión siguió por similares derroteros durante un rato, hasta
que finalmente regresó la cordura a nuestras mentes. Olvidados ya
los reproches, Dandochepazos reconoció que, en su fuero interno,
nunca llegó a pensar en serio en atentar contra la propiedad ajena;
que él es un ciudadano muy respetuoso con el ordenamiento jurídico
vigente y con la Ley de Dios.
“¡Y ahora vas y lo cascas en la
mierda de tu blog!”, me gritó desde el balcón cuando me disponía
a cruzar la calle tras salir de su portal. Dicho y hecho.
2 comentarios:
Estimado Dandochepazos:
Afortunadamente, la cordura se impuso y no cometiste la insensatez de apropiarte de una de estas máquinas, muy bien definidas como "querer y no poder".
Al margen de los remordimientos que ello, sin duda, te hubiera causado, luego está la cuestión del ¿y ahora qué?.
Una vez en posesión de semejante máquina, y suponiendo que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no dieran contigo (que es mucho suponer, dada tú inexperiencia en el tema del robo de objetos de tamaño tan considerable y de eliminación de pruebas incriminatorias), con las nefastas consecuencias que ello traería, ¿qué harías con ella?. Si la mera presencia de esta flaca en un parking vigilado, dentro de una carrera de nivel nacional, bien organizada y con personal de seguridad por doquier, despertó tu codicia y tus ansias de posesión, ¿qué no despertaría el verla en manos de un solitario ciclista, perdido en una carreterucha y medio asfixiado por las exigencias físicas del momento? Sería mucho más fácil, amigo Dandochepazos. Cualquiera te podría tirar al suelo de un empujón simulando un mal adelantamiento, o un encontronazo fortuito, o......... mil cosas, y, mientras tratas de levantarte y protestar por tal hecho, cogerte tu flamante bicicleta y salir pitando de allí. Y además, con el atenuante tradicional de que "El que roba a un ladrón, tiene 100 años de perdón".
Creéme Dandochepazos, por tu bienestar físico y también mental, lo mejor ha sido que todo quedara en una bravuconada.
El Yeyu Golobariano.
Coincido con tu reflexión, estimado Yeyu. Con lo torpe que es este tío, seguro que le trincarían a la primera de cambio. Además, tienes toda la razón al decir que sería víctima fácil de un asalto durante una de sus incursiones 'cicloturísticas', pues no solo suele ir medio desfallecido, sino que además es enclenque por naturaleza. A veces, este chaval se deja llevar por sus primitivos impulsos sin pensar en las consecuencias. Y no te digo nada si, además, se ha tomado un par de Mahous. Gracias por el comentario.
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