Es lo que tiene. Al final, tanta peli de 'Mad Max', tanta novela de Baroja y tantas canciones de 'Burning' nada bueno podían traer. La influenciable mente de nuestro amigo Dandochepazos se había ido dejando seducir, poco a poco, por los escenarios apocalípticos, la literatura de los bajos fondos y el rocanrrol barriobajero.
Decadencia urbano-rural en Zalla (Bizkaia). |
No es de extrañar, pues, que en sus incursiones cicloturistas por carreteras de montaña y pistas forestales de hormigón, el entrañable protagonista de este blog, de cuyas peripecias soy mero cronista, se deleite en la observación de los parajes de desolación y ruina que en ocasiones pueden encontrarse entre bosques y montañas.
Me cuenta que donde esté una buena chatarrería, que se quite una cascada natural; que más le atrae una mina abandonada que un arco irís sobre el valle; que un Land-Rover oxidado e invadido por la maleza le resulta más conmovedor que un aburrido roble o unas flores silvestres. Y ¡qué decir de un cuartel militar en ruinas en plena montaña! ¿Acaso puede el ser humano asistir a visión más placentera?
Parece que esta extraña propensión por la herrumbre, por la decrepitud post-industrial, empezó a manifestarse en Dandochepazos ya desde niño, puede que por influencia de los contaminados efluvios entre los que discurrió su infancia en Barakaldo (Bizkaia).
Tropas enemigas campan a sus anchas en el cuartel de Picón Blanco (Burgos) |
Aún permanece muy vivo en su memoria el recuerdo de una salida en bici con su padre por los alrededores de Barakaldo y Sestao. El pequeño Dandochepazos, sobre su fiel 'Orbea Altube'; su padre, a lomos de una 'Torrot' de paseo y ocho velocidades.
Serían mediados de la década de 1980 –digo yo-- y la Margen Izquierda de Bizkaia se encontraba ya inmersa en su larga agonía industrial. Chimeneas, talleres cerrados, barracones con los cristales rotos, verjas oxidadas... El niño-ciclista no reparaba en la triste realidad que se escondía tras todo aquello y se limitaba a disfrutar del sobrecogedor espectáculo.
Han pasado muchos años desde entonces, para que nos vamos a engañar. Pero sobre su bici, en la soledad de la carretera, Dandochepazos sigue rastreando a veces la pista de edificios en ruinas, antiguas máquinas y chatarras de toda índole que surgen a su paso. Dice que se siente como una especie de 'Mad Max', pero en bicicleta. No está bien este chico; no está bien.
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