martes, 9 de abril de 2013

Fiebre 'furgonetera'. Un cicloturista a la búsqueda de confort

   Aquella imponente GMC, con su monstruoso motor V8 de 6.2 litros y su acabado en negro con franjas rojas, cautivó desde un principio a Dandochepazos. A diferencia de lo que ocurría con su endeble Orbea Altube infantil, a aquella bestia autopropulsada no había obstáculo que se le resistiera; ni verjas, ni coches de policía, ni proyectiles de alto calibre. En su eterna huida de las autoridades militares, los intrépidos mercenarios del Equipo-A siempre podían contar con la fiabilidad de su vehículo para dejar atrás a sus perseguidores.

La GMC Vandura del Equipo-A, una mole de acero
sobre ruedas que arrasaba con todo. (foto:ateamvan.com)
   Brincos de varios metros en cada cambio de rasante, trompos a diestro y siniestro o choques frontales contra toda suerte de barricadas; cada capítulo de la serie era una sucesión de maniobras a cual más disparatada, de las que el poderoso automóvil siempre salía bien parado. Sí, él también quería una camioneta en la que poder viajar con su propio grupo de guerrilleros, llevando consigo todo tipo de suministros y un arsenal por si las cosas se ponían feas.

   Ahora, casi 30 años después, Dandochepazos ya no aspira a impartir justicia a base de derrapes, saltos y colisiones. Pero la fiebre furgonetera sigue presente en él, aflorando cíclicamente en forma de arrebatos obsesivos, que le llevan a pasarse días y días fantaseando con la idea de hacerse con una camper.

   Lo mismo le da que sea una Transporter que una Vito, o incluso cualquier otro modelo de más humildes prestaciones; el caso es disponer de un vehículo que le permita disfrutar como Dios manda de sus escapadas cicloturistas. Ya está bien de pensiones de mala muerte, de pasar frío y penalidades en inhóspitas tiendas de campaña. ¿Por qué no va a poder tener él su propia furgoneta equipada con cocina y mobiliario de acampada? ¿O es que va a ser menos que todos esos globeros que cada verano colonizan los Pirineos a bordo de sus autocaravanas?

PLACERES VETADOS

   Estos proyectos, no obstante, no pasan de ser ilusiones vanas, espejismos que se desvanecen ante la cruda e insoslayable realidad de un salario exiguo, unas cuentas bajo mínimos y una hipoteca por pagar. Además, dudo mucho que aún en el improbable caso de que logrará salir del abismo de la insolvencia, Dandochepazos se permitiera semejante dispendio. Con lo ruin que es, corriendo iba él a gastarse los 40.000 euros que cuesta una de esas camper, aunque pudiera permitírselo.

La Transporter California es el oscuro objeto de deseo de
los cicloturistas menos pudientes (foto:volkswagen.es)
   Sea como fuere, ahí está él una vez más, torturándose con la contemplación del catálogo de Volkswagen que tiene desplegado sobre la mesa del salón. Aquellas páginas, pobladas de fotografías a todo color, ponen los dientes largos al pobre infeliz. Carrocerías brillantes y de atractivas líneas se alternan con interiores equipados con armarios de aluminio, cocina y camas, en una sugerente galería de imágenes que lo lleva a la desesperación. ¿Qué ha hecho él para merecer esto? ¿Por qué tiene vetado el acceso a tales niveles de confort?

   –Dicen que ahora es el mejor momento para comprar; que las marcas están tirando los precios con esto de la crisis –me comenta, como tratando de convencerse a sí mismo.

   Sabedor de que todo aquello no va a ninguna parte, decido pincharle un poco para pasar el rato.

   –Pues hala, ¿a qué estás esperando? Ya me contarás cuando te embarguen la furgoneta.

   –Yo no digo que vaya a comprarla –empieza a recular­–; solo que lo estoy pensando.

   –Claro, claro; no me digas más.

   –Me da igual que me creas o no. Estoy sopesando seriamente los pros y los contras; ya estoy harto de tener que hacer malabarismos para poder meter la BH en el Megane cada vez que quiero llevar la bici por ahí.

   –Joder, ¿pero no tienes el portabicicletas ese que le mangaste a tu padre?

Para llegar hasta aquí no solo hace falta desriñonarse sobre la bici,
sino que antes hay que hacer malabarismos para meterla en el maletero.
   –Sí, pero es un auténtico coñazo. ¡Menudo tenderete que hay que montar! El portabicicletas, la bici, la matricula adicional, la placa de señalización de carga, las bridas… Al final, acabo antes quitando las ruedas y metiendo la BH en el maletero. En una de éstas –indica mostrándome el catálogo– podría llevar la bici sin problemas, y además no tendría que preocuparme de andar buscando alojamiento cada vez que voy a una marcha.

   –Todo eso está muy bien, salvo por el pequeño detalle de que esos bichos valen un pastizal, y tú no tienes un duro. Encima, ¿a quién quieres engañar? Si cada vez que tienes que gastarte cuatro euros en unas zapatas o en un bote de Isostar parece que te va a dar un mal.

   –Ya estamos –exclama indignado– como me vuelvas a llamar tacaño la vamos a tener.

   Como me da pereza enzarzarme en una de esas disputas que tanto gustan a mi pendenciero camarada, decido echarle cara al asunto y hacerme el ofendido. Le digo que nada más lejos de mi intención que tacharlo de miserable, que solo pretendía advertirle de que, dada su situación financiera, podría meterse en un problema si daba rienda suelta a sus anhelos consumistas. La de mentiras que puede llegar a decir uno. “Anhelos consumistas”; pero si éste gasta menos que Falete en clases de spinning.

Falete no da la impresión de ser un asiduo de las
sesiones de spinning. (imagen:antena3.com)
   –Te lo digo como amigo –remato con cinismo.

   La cosa, como era de esperar, no cuela; y Dandochepazos acaba mandándome a la mierda. Sin embargo, no tiene más remedio que reconocer que aquellas bellezas de cuatro ruedas se le van un poco de presupuesto. “Un poco”, sí.

 –Tal vez mirando algún modelo antiguo en el mercado de segunda mano... –me comenta, una vez que se le ha pasado el mosqueo.

 –Tú mismo; si quieres malgastar el dinero en un trasto con tropecientos mil kilómetros.... Además, con lo negado que eres para la mecánica, fijo que te endosan un armatoste con algún fallo estructural, y tú ni te enteras.

   -Sí, la verdad es que estos vehículos suelen estar bastante cascados; los furgoneteros los exprimen al máximo y no se andan con muchos miramientos.

   Dandochepazos, que parece que ha peinado de cabo a rabo el mercado, sigue desgranando opciones.

 –También he estado echando un ojo a la Dacia Dokker. Es un poco pequeña y habría que hacerle algún apaño para poner una cocinilla y un camastro; pero por 10.000 euros te puedes pillar una con un equipamiento medio decente.

    –No sé...  –digo un poco escamado– Barata ya es, la verdad; ¿pero no es esa la marca que siempre queda de las últimas en los tests de seguridad?

   A esas alturas de la conversación, empiezo a preguntarme por qué continuamos con esta farsa. Ambos sabemos que la discusión no tiene sentido; es evidente que Dandochepazos seguirá tirando de su Megane del 97 hasta que se caiga a trozos, y que nunca ingresará en el selecto club de los cicloturistas autocaravaneros. Sin embargo, allí seguimos toda la tarde, perdiendo el tiempo de mala manera mientras las latas vacías de Mahou van acumulándose sobre la mesilla. Es lo que tiene el aburrimiento.





4 comentarios:

Yeyu Golobariano dijo...

Una vez más, las similitudes entre mi historia y la de Dandochepazos surgen ante mi estupor.
Este año, decidido a acudir a varias marchas cicloturistas (Bilbao-Bilbao, Valle de Buelna, Ciudad de Santander, Memorial Alberto Fernández, Desafío Canal de Castilla, Pinares de Portillo....) se me planteó la misma disyuntiva furgonetera. Más aún teniendo en cuenta que tanto mi mujer y mis dos hijos (aún son pequeños y "no les queda otra") me acompañan la mayoría de las veces, y mi amigo Gustvo se apunta en ocasiones, por lo que la opción Megane se queda muy pero que muy corta. Después de mirar y remirar por mil sitios, he logrado hacerme con una Serena de gasolina del 2001 con una kilometrada, pero en aparente buen estado. Además, con mi ridículo presupuesto, es lo único que he podido pillar donde quepamos los cuatro y mi bicicleta. Muy lejos de la Viano de mi colega Nacho.
Amigo dandochepazos, busca, busca y busca, que el que busca, halla. Algo saldrá. Ánimo.
P.D. Por supuesto, la mejor furgo del mundo ha sido, de calle, la GMC del A-Team. Una flipada.
Un saludo. Ciao.

A.M.Y.P. dijo...

Hola, Yeyu. Así que has pasado a engrosar las filas del selecto club de los cicloturistas 'caravaneros... Enhorabuena, espero que tu Serena rinda a satisfacción por carreteras y autovías. Al final, de lo que se trata es de que ande y sirva de transporte y refugio.

A todos nos gustaría la GMC del Equipo-A, y de paso tener los bíceps de M.A. y el atractivo de Fenix, pero es lo que hay. Transmitiré a Dandochepazos tu mensaje de ánimo para su infatigable búsqueda de un vehículo a la altura de sus expectativas y de sus humildes posibilidades económicas. Un saludo.

pedro mrtgrc. dijo...


No estás solos en esto que querer y no poder, desgraciadamente cada vez somos más los que se nos alejan las cosas que antaño eran “fáciles” de conseguir con un pequeño esfuerzo económico, pero la realidad a veces es más cruda, dejar de comprar una cubierta que ya está al límite por que el mes ya no da para más, o llevar la recamara con 4 o 5 parches, cosa impensable hace 2 o 3 años.
Ya es una novedad cuando alguien de la grupeta estrena algún componente nuevo de la bici y es afortunado el que puede llevar su montura al día.
En fin dandochepazos no eres el único que sueña con cosas casi imposibles, pero como se suele decir, el que sueña no se acuerda del desayuno, hasta que despierta

A.M.Y.P. dijo...

Buenas, Pedro. Ya veo que la cosa está muy 'malamente' en el pelotón cicloturista. Qué me vas a contar con las cubiertas... Aunque lo de Dandochepazos ya es otro nivel, las apura tanto que algún día acabará rondando sobre la llanta, echando chispas sobre el asfalto. Sigue soñando tú también; al fin y al cabo, es lo que nos queda. Un saludo.