-Este año voy a dar mucho que
hablar, en serio te lo digo. Voy a ir a full-gas, como
Contador.
-Dandochepazos no está dispuesto a que la historia se repita. Esta vez, nada de tonterías ni de engañabobos; nada de consuelos de fracasado. “Lo importante es pasarlo bien, tomárselo con calma y disfrutar del paisaje”. ¡Chorradas! No, él lo tiene muy claro; va a intentar marcar la diferencia e imponer su ley en las pruebas más duras de la temporada cicloturista. Irati-Xtrem, PaxAvant, Larra-Larrau.... Vamos, lo que le echen.
-Dandochepazos no está dispuesto a que la historia se repita. Esta vez, nada de tonterías ni de engañabobos; nada de consuelos de fracasado. “Lo importante es pasarlo bien, tomárselo con calma y disfrutar del paisaje”. ¡Chorradas! No, él lo tiene muy claro; va a intentar marcar la diferencia e imponer su ley en las pruebas más duras de la temporada cicloturista. Irati-Xtrem, PaxAvant, Larra-Larrau.... Vamos, lo que le echen.
-Pero vamos a ver -le
digo-, ¿es que no te das cuenta de que con tu físico y tu
bicicleta de dominguero, no estás para disputar nada? Bastante
tienes con apuntarte a un par de marchas y tratar de no quedar el
último. No te da pa más; asúmelo.
Una pobre genética y una bici de gama baja son incompatibles con los triunfos en el competitivo panorama cicloturista. |
-¡Qué dirás, qué dirás! No
tienes ni idea. Claro, como tú eres un mediocre y un globero,
piensas que todos tenemos que
ponernos a tu nivel. Pues nada de eso, yo voy a dar un salto de
calidad y a luchar por estar con los mejores. Y si no, al tiempo.
-Ándate
con ojo, chaval, a ver si la vamos a tener -le advierto-.
Aquí el único mediocre eres tú, que te dejas la vida en el rodillo
y haciendo series como un loco; y total, ¿para qué? Si luego no das más que pena, como el año pasado en la Irati Xtrem y en laLarra-Larrau. Yo, por lo menos, acepto mis limitaciones.
Cansado de las
impertinencias de mi amigo, pago mi cerveza y salgo apresuradamente
del bar, dejándolo allí plantado y sin tiempo de contraatacar con
alguno de sus improperios. ¿Pero que se habrá creído? ¡Si hasta
el año pasado nunca había participado en una prueba organizada! A
ver si ahora, por terminar un par de marchas, vamos a tener que
hacerle la ola. Bueno, allá él y sus delirios; luego, cuando su
pobre genética y los casi diez kilos de peso de su BH Zaphire lo
pongan en su lugar en las carreteras de los Pirineos, llegará la
frustración.
Ya ha pasado un
buen rato desde de mi espantada, pero Dandochepazos sigue sentado en
la barra. En la penumbra de aquel tugurio --una especie de pub
heavy, pero a lo cutre-, parece confundido. “¿Será
cierto que soy tan paquete? -se pregunta mientras come
cacahuetes y le pega a la Mahou- ¿Tendré que resignarme a una
vida cicloturista sin trofeos ni honores?”
Mugrienta y arrugada, la banderola del tugurio heavy necesita un buen repaso. (imagen:IronMaiden.com) |
Aunque lo
habitual es que no atienda a razones de ningún tipo, en esta ocasión
mis duras palabras parecen haber llevado algo de juicio al mundo de
autoengaño y fantasía en el que habita mi camarada. La duda
difumina sus convicciones y se asoma a su mirada, que permanece fija
en el fondo del mostrador. Allí, arrugada y mugrienta, una bandera
de Iron Maiden preside la estancia, sin que nadie le preste ya mucha
atención. La enseña muestra un cadáver andante, con una Union
Jack en una mano y un sable ensangrentado en la otra, mientras la
muerte lo observa todo en un segundo plano, sobre un campo de
batalla. “Joder -piensa distraído-, pues sí que tiene
roña la banderita; esperemos que el encargado sea un poco más
pulcro con los vasos”.
Un par de
cervezas después, abandona la tasca, en la que no quedan ya más que
el pálido camarero y su novia, una chavala de extraños ropajes y
aspecto de personaje de manga. Hace frío y y está muy oscuro. Con
las manos en los bolsillos y los cuellos de su chaqueta de cuero
levantados, deambula por el barrio tratando de poner en orden sus
pensamientos. “No sé, no sé; a ver si va a ser verdad lo que
dice éste; a ver si por mucho que me machaque, ya no tengo margen de
mejora”.
PORRONES DE VINO DULCE
PORRONES DE VINO DULCE
Dandochepazos
pasea su incertidumbre por las calles semidesiertas. Aunque es sábado por la noche, apenas se cruza con un par de borrachos, un señor paseando al perro mientras escucha el transistor y algún que otro rebuscador de basura. Nada de extrañar, por otra parte, porque en el barrio no es que abunden precisamente los locales
de moda; y los bares de jubilados, con sus partidas de dominó, sus porrones de vino dulce y su menguante clientela, es la única alternativa hostelera al garito heavy.
En su triste
recorrido entre bloques de ladrillo y plazoletas mal iluminadas, no puede
por menos de reconocer que quizá se haya dejado llevar por el
entusiasmo a la hora de programar sus metas para la temporada. Hasta
ahora, todo el mundo se había limitado a reirle las gracias y a
darle la razón cuando, en los foros de ciclismo de internet, se las
daba de aspirante a la élite cicloturista. Sin embargo, mis
advertencias han hecho que la cruda realidad vaya abriéndose paso,
poco a poco, entre sus ilusiones sin fundamento.
Salvo que medio pelotón se vaya por el barranquillo, Dandochepazos no tiene posibilidad alguna en la cronoescalada final. (imagen:iratiextrem.com) |
Al fin y al
cabo, el año anterior no pasó del puesto 346 en la Larra-Larrau y
del 432 en la Irati-Xtrem. Aunque se había convencido a sí mismo de
que entrenándose más, esta temporada podría situarse entre los
mejores, empieza a comprender lo desmesurado de sus expectativas
iniciales. Por más que se machacara, muchos participantes iban a
tener que despeñarse y muchos chuletones con clembuterol iba a tener
engullir para poder siquiera estar entre los cien mejores.
Además, es
evidente que la BH de aluminio, con sus llantas de mercadillo y sus
desarrollos de principiante, tampoco está como para competir. Un año
más vieja y sin mejora alguna en sus componentes, apenas es un trozo
de hierro frente a las máquinas de carbono y piezas de gama alta
que, según parece, tiene ya hasta el más pardillo de los globeros. “Menudo imbécil estoy hecho -se dice-. ¿Cómo
he podido estar tan ciego? ¿Cómo he podido llegar a engañarme de
esta manera?”
La situación en
la que se encuentra es complicada. Después de haber anunciado a
diestro y siniestro que iba a dar un golpe de mano en el panorama
cicloturista, la sombra del ridículo se cierne una vez más sobre su
pellejo. “Es que no aprendo,” se lamenta angustiado, recordando
las innumerables veces en las que sus bravatas y sus accesos de
euforia han acabado volviéndose en su contra.
TRAPICHEOS
TRAPICHEOS
Lo normal sería
retractarse y reconocer que se le había ido la cabeza, para a
continuación plantearse unas metas más realistas y aguantar de la
forma más digna posible las mofas del personal. ¿Pero para qué
actuar con sensatez, cuando un despropósito puede taparse con otro
aún mayor? Como Homer Simpson en pleno desbarre, una cascada de
ocurrencias va formándose en su mente. Alegar una lesión repentina
para escaquearse de sus compromisos, hacer algún trapicheo en los
recorridos para poder llegar entre los primeros, aprovechar su asma
crónica para inflarse a Ventolín y potenciar así su rendimiento...
“¿Por qué no se me ocurrirán más que disparates?” piensa,
al constatar que es incapaz de alumbrar una idea mínimamente
coherente.
“Estoy
vendido; ya puedo prepararme para la que se me viene encima.”
Incapaz de encontrar la fórmula que le saque de aquel atolladero, el
pobre chaval parece condenado, una vez más, a quedar como un
bocazas. “A no ser...”
Para desgracia de algunos, los sistemas de medición de tiempos no se pueden manipular así como así. (foto:cronochip.com) |
-Que sí,
que sí; no me llores. Tú respóndeme y te dejo en paz. ¿Es posible
trastocar esos chismes, sí o no?
-Imagino
que te refieres a los chips.
-Sí,
hombre, sí; los chips.
Escamado, Jon se
pregunta qué estará tramando el fullero de su hermano. No es la
primera vez que recurre a él para sus chanchullos; no hace mucho, ya
lo tanteó para tratar de reclutarlo como matón en un plan para mangar una bicicleta a un equipo profesional. Como era de esperar,
aquella operación no llegó siquiera al grado de tentativa, pues
Dandochepazos recuperó pronto la lucidez tras el arrebato que le
llevó a urdir tan delictivo proyecto. Ahora, sin embargo, no acude a
él por sus conocimientos avanzados de Judo, sino que busca su
asesoramiento como ingeniero de telecomunicaciones. Es lo que tiene
ser una persona aplicada y de recursos; que al final, los vagos y
maleantes se aprovechan de uno para sus trapicheos.
-Mira, no
sé en qué estarás pensando ni quiero saberlo; pero como no entres
en el sistema informático central, no hay manera de manipular los
registros. Ten en cuenta que es un método de identificación por
radiofrecuencia, y que no es tan sencillo alterar las mediciones.
-¡Maldita
sea! -exclama Dandochepazos- Pues si que mes has servido de
ayuda. -Vete a la mierda -le responde su hermano-;
eres un desagradecido y un chalado.
La ingesta masiva de Ventolin puede resultar fatal y no garantiza el éxito. (imagen:dokteronline.com) |
-Buenas;
una cerveza -dice al entrar. -Buenas -saluda el
camarero heavy después de hacer a un lado un bocadillo a medio
terminar. En la pared, entre estantes repletos de botellas, el zombi macarra de Iron Maiden lo observa desafiante,
con el sable listo para continuar con su escabechina.
-¿Tú crees que tendría alguna posibilidad de hacer podium en la Pax Avant si me meto dos o tres Ventolines de una tacada? -sondea al barman cuando éste se acerca a servirle la Mahou. El pálido camarero se queda observándolo unos instantes, como pasmado, mientras se rasca la tripa por debajo de la camiseta. -¿Y eso qué es lo que es?
-¿Tú crees que tendría alguna posibilidad de hacer podium en la Pax Avant si me meto dos o tres Ventolines de una tacada? -sondea al barman cuando éste se acerca a servirle la Mahou. El pálido camarero se queda observándolo unos instantes, como pasmado, mientras se rasca la tripa por debajo de la camiseta. -¿Y eso qué es lo que es?
5 comentarios:
Madre. Este Dandochepazos esta cada día peor. ¡Qué pretensiones! ¡ Qué delirios de grandeza! Le aconsejaría que se pusiera en contacto con Amstrong o con el Doctor Fuentes, tal vez entre los dos le puedan dar algún "consejillo" para mejorar su rendimiento sin tener que matarse a entrenar, de forma rápida y eficaz. Parece que saben mucho del tema.
Si no, me temo que bastante tendrá con acabar las marchas a las que se apunte, lo cual tampoco es deshonroso (ni mucho menos); cuando alguien gana es porque hay perdedores detrás.
Un saludo.
Jjajajajaaa... real como la vida misma, oye otra solución q se cuenta en mi círculo de amigos globeros es q un conocido empresiarete de la zona le pagó algo a un crack para q llevara su chip en el otro tobillo, déjate de ventolines y machaques q perderás la salud... has visto la película: Parpaillón??? una peli francesa del año 1993, la dieron hace años en la noche temática, te puedo mandar una copia. Mi email: manolovik@hotmail.com
Hola, Yeyu. Ya sabemos todos cómo es este chaval; llevado por el entusiasmo, se viene arriba a la mínima, y luego todo son decepciones y lamentos.
Los métodos de Armstron y del amigo Eufemiano no le vendrían mal, no; pero me temo que la precaria situación económica de Dandochepazos no le permitiría satisfacer los honorarios de tan cualificados personajes. Un saludo
Buenas, Manolo. Si es cierto lo que se cuenta de ese empresario, me parece triste a más no poder. Tan vil artimaña no desmerece en absoluto a las lamentables ocurrencias a las que Dandochepazos nos tiene acostumbrados. De esa peli, ni papa, la verdad. Si no es molestia, sería bien recibida por este humilde 'globero'. Gracias por tu comentario.
Dame tu dirección postal a mi email y te la mando, un DVD por carta bastará, es una pelicula bien curiosa q te estimulará en tus relatos futuros. Ya lo verás. Manolovik@hotmail.com
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