jueves, 4 de octubre de 2012

Un niño esmirriado, una 'Orbea Altube' y un accesorio grotesco

   La verdad es que en aquella ocasión el padre del pequeño Dandochepazos no se había esmerado demasiado. Un trozo de espuma marrón atado con una cuerda de enfardar fue la solución ingeniada para que aquel niño, al que por su escasa estatura algunos llamaban 'Plantavit' --un fertilizante para favorecer el crecimiento de las plantas que se hizo muy popular a mediados de la década de 1980--, no se quedara con el culo cuadrado sobre el sillín de plástico duro de la 'Orbea Altube' que le acababan de regalar.

   No es la intención de Dandochepazos dejar en mal lugar a su progenitor, por lo general bastante habilidoso y de inteligencia despierta. Sin embargo, bien puede decirse, sin faltar a la verdad, que aquella fue una auténtica chapuza. Imagino que en aquella época no existirían las actuales fundas de gel para sillines, pero la reluciente bicicleta infantil de carreras --de acero, acabado en gris brillante y cambio 'Simplex' de cuatro  velocidades-- no se merecía tamaña cutrez.

   Después de un tiempo, llegó el momento en el que nuestro esmirriado infante dijo basta y despojó a su Orbea de aquel grotesco accesorio. Sobre aquella bicicleta conoció por primera vez la agonía en subidas como el Alto de Avellaneda (Bizkaia), en cuya cima casi se desploma en una ocasión, desfallecido, después de una carrera contra su hermano mayor y su 'Orbea Sierra Nevada' de ocho velocidades.

   Ya con rastrales, 'maillot' y 'cullote' de algodón, y un botellín con el logotipo de 'Campagnolo' pero que en realidad era de otra marca --creo que también 'Simplex'--, el bueno de Dandochepazos se las daba de profesional, apretando en las subidas en un intento de emular a su primer ídolo ciclista: Álvaro Pino

   Hubo quien, viéndole subir y bajar por la accidentada orografía de su pueblo de veraneo, le aconsejó apuntarse en las categorías infantiles de algún club ciclista, indicándole que este deporte se adecuaba más a su raquítica constitución que el baloncesto. No recuerda muy bien por qué, pero no atendió a las sugerencias de aquel apreciado mentor, al que aún hoy recuerda con cariño, y se decantó por el 'minibasket'.

   Como le había augurado su amigo y consejero, su trayectoria en el baloncesto federado fue para olvidar. Aún recuerda el comentario de un conocido de la familia que, tras verle jugar en un partido de sus inicios, no se anduvo por las ramas: "Eres peor que pegar a un padre". Creo que fue la primera ocasión en la que escuchó esta frase hecha, tan constructiva y motivante. ¿Acaso hubiese sido más decorosa su carrera como ciclista infantil? Eso es algo que Dandochepazos nunca sabrá, aunque no se hace demasiadas ilusiones.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran bicicleta, la Altube infantil.