miércoles, 8 de mayo de 2013

Patrioterismo 'globero'


   Llevado por el clamor popular contra la clase dirigente, Dandochepazos ha optado por subirse al carro de la protesta y alzar su voz frente a los desmanes del poder. El también quiere participar del vapuleo colectivo a políticos e instituciones, volcar sus iras en la nefasta gestión de los poderes públicos. Pero en este ejercicio de civismo crítico, mi camarada enarbola su propia pancarta. ¿Sanidad pública y universal? ¿Enseñanza de calidad? ¿Empleo digno? Pues no;  a él, lo que le preocupa es la falta de implicación de las administraciones en la promoción de Euskadi como destino cicloturista. Un escándalo, vamos.

Dandochepazos se ha sumado a la rebelión cívica, pero
sus demandas no tienen ni pies ni cabeza. (imagen:cnt.es)

   Una cuadrilla de patanes; eso es lo que son exclama indignado. Ya te digo yo que esto lo cogen los franceses, y rapidito te montan todo el tinglado: carteles, postes con los desniveles medios, promoción en revistas especializadas... Lo que haga falta. Y nosotros aquí, con todas estas subidas dejadas de la mano de Dios. ¡Qué asco, pagar impuestos para esto!

  Yo no sé que se habrá pensado este chaval, pero me da a mí que por mucho cartelillo y mucho anuncio que pongan en la Tour Magazine, va a ser un poco complicado que los globeros del mundo acudan en masa a las montañas vascas; más que nada porque comparados con el Grosse Oscheniksee, el Zoncolan o el Angliru, los puertos que hay por estas latitudes parecen de risa.

   Antes de que mis paisanos me condenen a la hoguera y de que la Federación Vasca de Ciclismo me declare persona no grata, diré que no es mi intención menospreciar el potencial cicloturista de esta tierra. Entiéndaseme, en Euskadi hay muchos puertos duros y bonitos; solo digo que por las características geográficas de la zona, no tienen ni la longitud ni la espectacularidad suficiente como para convertir este rincón del planeta en un centro de peregrinación para la comunidad bicicletera.

   Pero vamos a ver trato de razonar ¿qué quieres que haga el Gobierno vasco? A ver si te crees que el Macizo del Gorbea es como los Dolomitas.

   Qué sabrás tú, pobre ignorante; si a ti te sacan de Urkiola y Orduña, y ya no sabes pa´ dónde tirar.

   Mira, ahora no te hagas el entendido; que si no llega a ser por la web esa de las altimetrías, no tendrías ni papa de esas subidas con las que te pasas el día dándome el coñazo. Que si Belaustegi, que si Gordón, que si Arimegorta ...

La subida a Belaustegi es una salvajada que invita a
echar pie a tierra y prenderle fuego a la bicicleta. 
   Y Ledo, y Pagolar...

  Que sí, que sí le interrumpo. Pero digas lo que digas, los cicloturistas del resto del mundo tienen mejores cosas que hacer que venir hasta aquí para dejarse la salud y las cubiertas sobre esas pistas de hormigón armado. ¿No ves que son ascensiones muy cortas? Nadie en su sano juicio va a montarse en un avión o cruzarse el país para subir por una cuesta de cinco kilómetros, por muchos desniveles del 30 por ciento que tenga.

   Este se debe creer que la gente es idiota, que basta con poner cuatro señales para convertir un camino de cabras en el próximo Tourmalet.

   También hay puertos más largos: Arraba, Oiz... insiste.

   ¡Bueno! ¡Que tiemble el Nebelhorn!

   Además  continúa, indiferente a mis mofas, ahí está el Argalario, que se puede subir hasta por siete vertientes distintas, como la Piedra de San Martín.

   Sí; igual igual  le respondo; total, como apenas hay 1.200 metros de diferencia entre uno y otro... Por cierto,  ¿no es en el Argalario donde está ese depósito de residuos químicos?

   Bueno, ¿y eso que tiene que ver? El Departamento de Medio ambiente dice que las instalaciones son totalmente seguras. Y si no, siempre puedes subir por el lado de Muskiz y quedarte en Peñas Negras.
La ascensión a Peñas Negras ofrece unas magnificas vistas a
la costa... y a las chimeneas de Petronor. (foto:petronor.com)

  Pues estamos apañados; ¿no ves que allí está la refinería de Petronor y pega un pestazo a azufre que tira pa´ atrás?

   Vertederos toxicos, chimeneas humeantes, miasmas ponzoñosos... Menudo ruta que les iba a preparar este a los turistas. ¿De verdad se creerá  que se puede atraer a alguien con semejante panorama? Joder, pero si parece la galería de los horrores.

   Lo que pasa es que eres un descastao que no valora lo que tiene en casa me reprocha cuando le planteo estas objeciones. Eso sí, luego sales por ahí y te maravillas de cualquier cosa, como los pardillos.

   Esto ya es lo último, que Dandochepazos me venga con lecciones de patrioterismo globero; como si no supiera que cada vez que puede se escapa a Cantabria con la BH. Hay que tener valor.

miércoles, 1 de mayo de 2013

‘Pajarón’ en las ondas. Un ‘bloguero’ con poca chispa

   Extractos bancarios, facturas de telefonía, archivos-trampa plagados de virus… La bandeja de entrada del correo electrónico no suele depararme demasiadas alegrías. A lo sumo, alguna curiosidad que otra, como la invitación al Facebook de un tal Alfrigg, de Reikiavik, o uno de esos camelos que tan pronto te hacen rico exportando chinchetas, como te suministran una esposa eslovena por veinte euros.
G.I.JOE no duda en recurrir a la radio para difundir su mensaje.
¿Por qué no iba yo a hacer lo mismo? (foto:56.photobucket.com)

   Pero esta vez es distinto; por una vez en la vida, el repaso a la cuenta del Gmail parece reservarme algo productivo.  “Llevamos tiempo pensando en hacerte una entrevista. Podrías hablarnos de algún puerto y, de paso, comentamos tu blog”. El mensaje es de Todociclismo, un programa de radio al que este humilde juntaletras ofreció hace tiempo sus servicios, en un desesperado intento por darse a conocer y, así, aumentar las exiguas visitas de esta web.

   Hala, majo me arenga Dandochepazos al enterarse de la buena nueva; ya puedes aprovechar tus cinco minutos de gloria para vender la moto, porque no creo que vayas a verte en otra como ésta.

    Bueno, a ver qué tal sale la cosa; voy a ver si se me ocurre una subida interesante de la que hablar; no sé, alguna que no esté demasiado trillada…

    ¡Pero qué dices, hombre! Déjate de subidas, tú lo que tienes que hacer es empezar a promocionar el blog en cuanto te den paso. Así, a saco; sin miramientos.

    Sí, claro. ¿Pero no ves que me han invitado para hablar de un puerto de montaña? Lo del blog, en todo caso, se citaría de pasada. No voy a ponerme a hacer autobombo sin que venga a cuento, que eso da mucho el cante.

    Tú mismo –me reprocha­; pero si yo estuviera en tu lugar, no me iba del programa sin meter baza. ¿O no recuerdas la que le montó aquella vez Umbral a la Milá porque quería hablar de su libro?

Fignon y su memorable gargajo a la cámara de TVE aún
causan sensación en Youtube. (imagen:culturaciclista.com)
   Como para no recordarlo; menudo escándalo que armó ese energúmeno. No sé quién era peor, si él o su compinche Fernando Fernán Gómez, que también solía prepararlas buenas. Aunque para literatos macarras, el amigo Pérez Reverte, que parece que no se queda contento hasta que no remata sus columnas con algún exabrupto. Es lo que tiene ejercer de perdonavidas en la esfera pública; que al final, a uno acaban colgándole desagradables etiquetas en la pechera. Y si no, que se lo digan a Fignon, a quien su reputación da borde acompañó hasta la tumba por su famoso escupitajo en el Tour de 1989.

    Bueno, qué; ¿Qué tal ha estado? ­–pregunto a Dandochepazos un par de días después, tras mi entrevista telefónica en Todociclismo.

    El programa, bien; tu intervención, bastante triste.

    ¡Pero serás cabrón!

    Qué quieres que te diga; las cosas, como son. No hacías más que repetir la misma idea, y encima hablabas sin ganas; como si te faltara la energía por culpa de un pajarón. Menudo aburrimiento; menos mal que has entrado en la parte final del programa, porque si no, les hundes la audiencia desde el primer minuto.

   El veredicto de Dandochepazos no puede ser más demoledor; pero me temo que tiene razón. A pesar de las prácticas de locución en la Facultad de Periodismo y de tantas tardes de domingo escuchando los desparrames radiofónicos de Pepe Domingo Castaño, uno no es precisamente la alegría de las ondas. No sé, quizá tenía que haberme tomado tres latas de Mahou antes de la entrevista, así igual habría tenido más chispa. 

    Si te digo la verdad –continúa con saña, no creo que tengas mucho futuro como comentarista de radio.

    –Sí, creo que estás en lo cierto; me da a mí que soy un poco soseras para eso.

    ¡Y tanto! Joder, pero si a tu lado Lejarreta y Escartín parecen unos salaos.

    ¡Bueno, basta ya! –exclamo irritado, al constatar que Dandochepazos no tiene ninguna intención de dejar de hurgar en la herida.

Marino Lejarreta, un ciclista tan bravo como
poco dicharachero.(foto:wikipedia.org) 
   Madre mía, Lejarreta y Escartín. Entonces la cosa es más grave de lo que pensaba. Encima, ellos tienen excusa para la falta de entusiasmo que muestran cada vez que salen en la tele; pueden alegar que su desgana crónica es consecuencia de una larga y admirable trayectoria ciclista, que les ha dejado extenuados de por vida.

    No te piques, hombre –me dice . Piensa que con un poco de suerte, igual el próximo invitado al programa lo hace peor que tú y la gente se olvida de la pena que diste.

   Cansado de las puyas de este mal amigo, me doy la vuelta y lo dejo allí plantado, riéndose de sus propias gracias. “Bueno, de todas formas no le falta razón; con la entrevista ya emitida, en un par de días ni yo mismo me acordaré de lo que dije y no dije”.

   Ya en casa, enciendo el ordenador y empiezo a pelearme con el teclado para tratar de escribir el próximo artículo del blog. Después de media hora sin haber logrado terminar ni un triste párrafo, cierro el procesador de textos y me pongo a vagar por internet. Los resultados de la NBA, las novedades de la web de altimetrías, los confidenciales de actualidad… Y el correo electrónico. “Todociclismo. El programa ya está colgado en la web; si quieres puedes avisar a tu familia y amigos para que lo oigan”, leo al abrir el primer mensaje de la carpeta de entrada.

   ¡Dichoso internet! ¡Ahora solo falta que Dandochepazos se baje el archivo de la entrevista y lo guarde en el móvil! Con lo rastrero que es, igual hasta hace un remix, para mortificarme con mis balbuceos y muletillas cada vez que le venga en gana.
   

martes, 23 de abril de 2013

Cicloturismo vs. Interviú. ¿Te das cuen?

    ¿Cómor? ¡Pero qué me estás contando!

   Indiferente al paso de los años y absolutamente ajeno a las tendencias del momento, Dandochepazos no parece haber caído en la cuenta de que los palabros de Chiquito de la Calzada hace ya tiempo que dejaron de hacer gracia. Por si fuera poco, acompaña sus expresiones con una mala imitación de los gestos del humorista, completando un cuadro de lo más ridículo.
Los días de gloria de Chiquito hace tiempo
que pasaron a la historia.(imagen:zonadvd.com)

 Como no podía ser de otra forma, sus extravagancias no tardan en atraer la atención sobre nosotros. Desde la mesa de al lado, unas chavalas que toman mojitos nos miran de forma extraña. Mejor no imaginarse lo que estarán pensando, porque entre nuestros culotes marcapaquetes y la Interviú que tenemos desplegada sobre la barra, debemos parecer un par de friquis degenerados.

   –Lo que oyes le digo, mientras devuelvo la revista a la estantería del bar­. Yo ya me he comprado el primer número.

   Dandochepazos pega un trago a la Mahou y comprueba por el rabillo del ojo que nuestras bicicletas continúan a buen recaudo junto a la entrada del establecimiento. La ruta ha sido dura, pero tras cuatro cervezas y otros tantos pinchos de tortilla, lo más seguro es que ya hayamos echado a perder todo el entrenamiento de la mañana.

   Pues sí que hay que tener moral para sacar una revista de cicloturismo en este momento comenta. Tal y como está el patio en el sector de la prensa... ¡Joder, si ya no compra periódicos impresos ni el Tato!

   –Qué me vas a contar. Con tanto ERE, cierres y reestructuración de medios, un día de estos me veo con la redacción chapada y mangando el cobre de las farolas para poder pagar la hipoteca.

MOQUILLO EN LOS GUANTES

   Mi camarada da otro tiento a la caña y se pasa la mano por la boca para limpiarse los restos de espuma. Muy a mi pesar, no puedo evitar reparar en los pringosos guantes que lleva el muy sucio. Junto a los restos recientes de moquillo y sudor, los resecos lamparones que salpican el tejido delatan la presencia de otros fluidos más antiguos, en una muestra más de la preocupante falta de higiene de este chaval. 
La portada de BiciSport no está mal, aunque comparada con
la Interviú resulta un poco sosa.(imagen: ciclismoafondo.es) 

   –¿Y como se llama la revista esa? ­me pregunta, sin molestarse siquiera de fingir interés por mis preocupaciones laborales.

   –Ya te lo he dicho dos veces, hombre de Dios; Bicisport.

   –¿Pero no había ya una revista que se llamaba así?

   –Joder, majo ­exclamo­. ¿Hace cuánto que no pasas tú por el quiosco? Hace ya una pila de años que aquella revista dejó de editarse. Ahora, los de Ciclismo a Fondo han repescado el nombre, aunque en este caso es una publicación dedicada íntegramente al cicloturismo.

   –No sé... No acabo de verlo. Para eso ya está la Pedalier.

   –Bueno, sí. Pero en realidad, no tienen mucho que ver; ésa está más orientada a recorridos y altimetrías, mientras que la Bicisport se centra en pruebas de material y ese tipo de cosas. Así, cuando quieras ponerte al día, no tendrás que calentarte los sesos traduciendo la Cycling Plus Magazine con tu inglés de parvulitos.

 Dandochepazos esquilma mi colección de Pedalier
en cada una de sus visitas.(imagen:pedalierweb.es) 
   –Ya, pero no creo que la cosa esté como para andar comprando revistas de cicloturismo a pares. Y encima, la Pedalier ya está bastante consolidada.

   Consolidada, dice. No será gracias a él, que no se ha comprado un solo número en toda su vida y se limita a afanarme los ejemplares atrasados cada vez que me descuido. La actitud de Dandochepazos resulta un poco desconcertante. ¿A qué viene esa repentina conversión a la causa proPedalier. ¿Cuáles son los motivos de sus recelos ante una publicación que ni siquiera ha visto?

   –Oye, a ti no te habrán untado los de Pedalier, ¿no? ­bromeo­ Mira que te conozco y sé que eres capaz de venderte por cuatro perras.

   Dandochepazos, con su proverbial incapacidad para percibir la ironía, entra al trapo.

   –¿Venderme, yo? ¡Pero si has sido tú el que ha sacado el tema! Que si la Bicisport tal, que si Ciclismo a Fondo cual. ¡A ver si son ellos los que te han pagado a ti para promocionar la revista en la mierda de tu blog!

Cómo está el tema. (imagen:interviú.es)
   –Sí, claro; seguro que no tienen nada mejor que hacer. Como el blog tiene tantas visitas...

   –No sé; para mí que les has engañado; fijo que has manipulado las estadísticas para captar anunciantes.

   En la mesa contigua, las mozas de los mojitos asisten atónitas a nuestro diálogo de besugos.

   –Mira ­le digo, tratando de zanjar el absurdo intercambio de despropósitos­, si quieres te dejo la revista para que le eches una ojeada; y ya me dirás. Si te interesa te puedo prestar también el librillo de altimetrías que viene de regalo.

   Dandochepazos bebe un trago y coge otra Interviú del revistero. Desde la portada, los recauchutados globos de la rubia de turno desafían a las leyes de la física y amenazan con desbordar los límites del papel cuché.

   –Tanta altimetría y tanta altimetría ­comenta sin levantar la vista de la portada­. Ya podían hacer como éstos y sacar alguna tía en bolas, para variar. ¡Pero mira qué jaca! ¿Te das cuen?


*(Aviso al lector:) El autor de este blog no se hace responsable de las expresiones machistas y malsonantes contenidas en el mismo, que no son sino la reproducción literal de comentarios realizados por el ciudadano Dandochepazos. Como atenuante de las responsabilidades penales en las que dicho sujeto pudiera haber incurrido por tales afirmaciones, téngase en cuenta que se encontraba en un estado de extenuación y semiembriaguez, producto de los esfuerzos realizados en el ejercicio de un entrenamiento cicloturista y de las cuatro cervezas que llevaba en el cuerpo.








miércoles, 17 de abril de 2013

Bicicletas e inquinas de barrio

   “Tira tú, que a mí me da la risa.” Derrengado sobre su bicicleta de carreras infantil, el imberbe Dandochepazos se retuerce y maldice en silencio, mientras observa de reojo al corpulento mozalbete que rueda a su lado. Sus fuerzas están al límite y los desarrollos de su Orbea Altube de cuatro velocidades no dan para más; así que solo le queda rogar por que su rival no lo hunda en la miseria con un nuevo cambio de ritmo. Sin embargo, pese a sus temores, no parece que su compañero de fuga esté tampoco para muchas alegrías, de forma que ambos se limitan a seguir penando carretera arriba, a la espera de ver cuál de los dos acaba cayendo redondo antes que el otro.                              
Esta Orbea en nada se parece a la de Dandochepazos, pero sirve
como apaño para ilustrar la crónica. (foto:reciclone.blogspot.com)

   Por delante, el asfalto discurre entre huertos, prados y maizales, en un trazado siempre ascendente. Por detrás, un reguero de ciclistas preadolescentes hace eses sobre sus monturas, incapaz de mantener el cansino ritmo de los dos escapados. Rostros congestionados, michelines asomando bajo las camisetas y miradas perdidas conforman una patética estampa, que deja en evidencia las miserias de la juventud de la época. Son los inicios de los años noventa del siglo pasado, y el abuso de las videoconsolas y de la bollería industrial hace estragos sobre una chavalería entregada a la Super Nintendo y a los Phoskitos.
                                           
   Por si las nulas aptitudes físicas de aquella cuadrilla de haraganes no fuera indicativo suficiente, la heterogénea mezcla de bicis de carreras, de paseo y mountain bikes, junto con las bermudas y chándals que luce buena parte de aquellos bicicleteros, deja bien a las claras el carácter informal de la competición. Informal, pero no amistoso. Una rivalidad secular, unos recelos irracionales que se pierden en la noche de los tiempos, separan a los dos bandos que pelean en aquella disputa deportiva. A un lado, el barrio de mi camarada; al otro, los traicioneros residentes del distrito vecino. ¿Qué más da que nadie conozca los motivos de aquella inquina que se transmite de generación en generación? ¿Acaso importa que nuestro buen amigo sea un simple veraneante que no pasa en aquel pueblo ni dos meses al año?

La Super Nintendo dio al traste con los hábitos
de vida saludables de toda una generación.
  Tras un falso llano que le sirve para recuperarse un poco, el canijo Dandochepazos decide probar con un demarraje. Pero sus fuerzas flaquean y apenas logra mantenerse levantado sobre su Orbea unas cuantas pedaladas. Pegado a él, el fornido cabecilla de la panda rival resopla y resopla, pero se mantiene a su rueda cual Indurain frente a Chiapucci. La subida, de dos kilómetros poco más menos, está ya cerca de su final.

  “Mierda, como lleguemos juntos, éste me va a dar pa´l pelo en el sprint.” Sabedor de que la mayor corpulencia y de que las diez velocidades de la máquina de su adversario hacen de él un enemigo insuperable en los últimos metros, decide jugarse el todo por el todo con un nuevo ataque. Su honrilla está en juego, y no es cuestión de que aquel patán medio fofo y descoordinado acabe con su bien ganada fama de escalador. Pero los resultados de aquella arremetida kamikaze no pueden ser mas desastrosos; Dandochepazos acaba fundido en mitad de una curva y su contrincante empalma con él sin demasiado esfuerzo. Ya solo queda la última rampa, que desemboca en la Plaza del Ayuntamiento, justo al lado de la casa del pueblo de sus padres.

A LA ALTURA DEL BARRO

   “Joder, joder... Menudo ridículo que voy a hacer. Fijo que éste me deja a la altura del barro delante de todo el vecindario.” Después de pasarse todo el verano alardeando de sus dotes ciclistas ante las chavalas del lugar, la humillación de ser vapuleado al sprint por un mequetrefe como aquél no parece que vaya a ser un plato fácil de digerir.

   Sin aliento y con agujas de fuego clavándose en sus piernas a cada nueva pedalada, busca una salida honrosa a su situación. Pero el tiempo se agota y la oportunidad de salir de aquel embolado de una manera decorosa sigue sin presentarse. El miedo escénico se apodera de él, y Dandochepazos pierde todo resto de buen juicio y dignidad que pudiera quedarle a esas alturas de su corta vida. “¡Qué coño, yo me quito de en medio!”, decide por fin, recurriendo a una artimaña que, lejos de salvarle la cara, lo hunde en el lodo de la ignominia.                                                                       

El escudo de aquel pueblo no deja lugar a la duda respecto a
cómo se las gastan los lugareños. (imagen:wikimedia.org)
   ¡Hala, qué tarde se ha hecho! Bueno, majo; yo me doy la vuelta, que quiero ir a casa a ver el final de etapa. –Consigue articular entre jadeos, dirigiéndose a su atónito rival.

   Aquella excusa no hay por donde cogerla, bien lo sabe; pero le da igual. El caso es evitar a toda costa el tramo final de la ascensión, que discurre por el centro del pueblo, para no pasar por el amargo trance de verse doblegado por el enemigo en presencia de familiares, lugareños y potenciales rolletes de verano.

   ¡Pero qué dices, hombre! –Indignado ante tamaña cobardía, el líder de la cuadrilla rival no se acaba de creer lo que está oyendo.­ ¡Si no quedan ni 200 metros para la meta!

   Ya, ya... Pero me voy a ver el Tour, a ver si gana Van Poppel. Ya terminaremos la carrera otro día.

   ¡Eres un rajao, que lo sepas! le grita su enfurecido adversario– ¡Menudo atajo de cagaos estáis hechos tú y los de tu barrio!

   Ahí te quedas, asqueroso; búscate a otro al que dejar en ridículo.” Indiferente a los reproches, Dandochepazos abandona la carretera y se dirige hacia el chalé de sus padres por un camino de tierra, renunciando a disputar siquiera el final de aquella contienda pueblerina. Pero mira que hay que tener poca sangre en las venas. De verdad, qué pena de chaval.